martes, 14 de julio de 2015

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BLANCAS Y NEGRAS
Esfuerzos vanos en seguridad

Por Paúl Garza

PIEDRAS NEGRAS, Coah., 14 de julio de 2015.- APERTURA:- Los esfuerzos de los gobiernos estatal y federal han sido en vano. Crear la policía perfecta es una ilusión. No la hay.

Las bajas de algunos policías en las fronteras de Piedras Negras y Acuña, por su relación con el crimen organizado ponen en evidencia lo que la propia sociedad ya sabe a cuenta voces.

Las células delictivas siguen penetradas en los cuerpos policíacos, los mismos que dizque se encargan de aplicar el orden y la ley que nos rigen.

Desgraciadamente los gendarmes locales son piezas vulnerables. Mientras no haya una carrera académica y práctica que los profesionalice, aunado a las tentaciones que reciben de la delincuencia, los convierte finalmente en cómplices de lo ilícito.

Mucho ruido se hizo de una policía nacional o de gendarmería. Quedó en eso, porque los operativos que están dedicados a brindar la protección a la ciudadanía, son los mismos personajes típicos que conocemos: ignorantes, mal educados, gordos y proclives a infraccionar a todo mundo por cualquier motivo para arreglar una “mordida” al final.

MEDIO JUEGO:- Aquí en Coahuila operan distintas corporaciones: los GATES, la policía acreditable, la policía operativa, la policía estatal y la policía asignada a investigar delitos a través del Ministerio Público.

Dichas corporaciones tienen la misión de combatir el narcomenudeo, el tráfico de drogas y demás delitos de carácter federal, como el secuestro, la extorsión y la trata de blancas, en donde también participan la Marina, la policía federal y los militares.

Sin embargo, los que mantienen un contacto en la calle con la ciudadanía, son los policías municipales quienes finalmente son los que aplican infracciones por violaciones al reglamento de tránsito y demás faltas al comportamiento civil.

FINAL:- En ese sentido es dispar la comparación entre los policías locales con los elementos acreditados a una tarea específica.

De tal manera que no hay una generalidad en materia de seguridad, porque corporaciones policíacas hay de a montón, aunque tengan la misma misión: combatir el crimen en todas sus manifestaciones.

Lo ideal pues, lo razonable y lo lógico es ponerlos en la misma caja como en un tablero de ajedrez, pero liderados por un mando único que exija de todos la obligación de preservar el orden, el cumplimiento de las leyes y desde luego la protección que tanto clama la sociedad.

Una sola corporación que esté integrada por policías de carrera técnica o universitaria, no improvisados salidos de cursos de dos a cuatro meses, pero principalmente que tengan como principios personales: la ética, la justicia, la honradez a toda prueba y la vocación de proteger a la ciudadanía de cualquier acecho de la delincuencia.


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